Dos de los indicadores más relevantes para apreciar el desempeño de un mercado inmobiliario son la demanda o absorción bruta y la vacancia, y para profundizar más las oportunidades se deben analizar por submercados, porque a veces las cifras agregadas pueden suponer realidades diferentes.
Ahora bien, bajo circunstancias puntuales como la pandemia existe otro indicador sumamente importante como es la desocupación que está implícita dentro de la absorción neta.
La pandemia dejó tras de sí una importante contratación de la demanda, en un mercado corporativo que tan solo en la capital señalaba una vacancia de 14.4% en diciembre 2019 y pasó a registrar 22.47% al cierre de octubre 2021.
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Pero quizá el indicador más preocupante eran las desocupaciones ya que con la incertidumbre y los cambios que se sucedieron en el modelo laboral, las empresas revisaron en detalle sus necesidades de espacios bajo la óptica de quedarse con lo realmente necesario para mantener sus operaciones.
Ciudad de México había tenido absorciones netas positivas durante los trimestres del 2018 y 2019, previos a la pandemia, inclusive en el primer 1T 2020, pero luego este indicador se torna negativo, señalando que las desocupaciones superan a una demanda bruta que también venía en descenso.
Durante el 3T 2020 y el 1T 2021 vimos las mayores cifras negativas de 181 y 170 mil metros cuadrados. Pero a partir del segundo trimestre del 2021 aunque este indicador mantenía cifras negativas, venía cerrando su brecha hasta alcanzar en 3T 201 la cantidad negativa de 19.6 mil metros cuadrados.
Es decir que se observa la tendencia de una recuperación paulatina de la demanda y un ajuste gradual de las desocupaciones en un periodo donde ya se deben haber concretado los ajustes del espacio requerido para los colaboradores.
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Igualmente por el lado de oferta se han ido agregando nuevos inventarios a la capital donde varios ingresan desocupados en mayor cuantía si se compara a los períodos pre-pandemia
La otra arista que completa el panorama son las construcciones que se han desacelerado de manera importante, estando hoy en proceso casi un 25% menos de lo que veíamos en avance en el mes previo a la pandemia.
Aún en medio de la complejidad que sigue atravesando el mercado corporativo capitalino, las estadísticas nos indican que la desocupación seguirá con su tendencia de ajuste a la baja a lo largo del 2022.
Por su parte, la demanda estará expuesta a mayor cantidad de factores internos y externos, entre los que destacan las reconversiones, el impulso gubernamental para detonar ciertas áreas en la ciudad y los indicadores de confianza que el gobierno nacional muestra para el rescate de las inversiones, a nivel global.
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