Con la intención de incidir en la planeación y la toma de decisiones que contribuyan a mejorar la calidad de vida urbana de las personas, el Tecnológico de Monterrey a través de la Escuela de Arquitectura, Arte y Diseño, creó el Observatorio de Ciudades. 

El espacio busca ofrecer información útil para el análisis, medición y evaluación de las ciudades mexicanas. La plataforma que utilizan analiza y compara distintas ciudades, integrando bases de datos existentes y generando información propia, para entender las condiciones en el territorio que determinan la calidad de vida urbana.

El observatorio definió tres enfoques estratégicos para esta labor: ciudades de proximidad (ciudades de 15 minutos); ciudades saludables; y cadenas de abasto.

El primer enfoque, ciudades de proximidad parte de un estudio que se realizó en 13 urbes mexicanas en el contexto de la pandemia, como Ciudad de México, Guadalajara, Querétaro y Monterrey.  

Mediante un algoritmo se reconoce la estructura urbana identificando la distancia promedio que una persona debe realizar desde su casa para acceder a los servicios básicos. El denominado índice de proximidad permite evaluar la diversidad de usos de una ciudad.

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A través de la preparación de hexágonos en toda la ciudad con distintos colores, se identifican las zonas que no tienen esa cobertura de 15 minutos. Sobre esos espacios es donde los gobiernos podrían hacer inversiones de equipamiento.

El desarrollo de ciudades de proximidad puede mejorar la calidad de vida de las personas, pues pasan más tiempo con sus familias o en actividades satisfactorias, además, al concentrarse en un espacio afectan menos al medio ambiente.

El segundo enfoque sobre ciudades saludables es donde las personas pueden pasar todo su ciclo de vida en el entorno que habitan, pues son urbes más amigables y permiten el desarrollo pleno de sus habitantes. 

Caminar, ir a las escuelas, a los trabajos y usar espacios de salud permiten moverse de forma no motorizada lo que incide en la calidad del aire. Estas ciudades cuentan con toda la infraestructura que permite a las personas satisfacer todas sus necesidades y encontrar bienestar, como parques, banquetas, mercados, ciclovías, espacios deportivos y culturales.

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Los usos mixtos o múltiples que los desarrolladores mexicanos están edificando apoyan esta meta de lograr una mejor calidad de vida. 

El tercer enfoque aborda las cadenas de abasto que ayudan a satisfacer las necesidades de las personas en las ciudades. La pandemia impuso que las cadenas de abastecimiento se vieran afectadas por los cierres fronterizos, principalmente las que traen insumos del extranjero, entonces, las ciudades tuvieron que buscar recursos locales.

Una opción planteada es mapear las entradas y salidas de estas cadenas en las ciudades, que representan el abastecimiento de alimentos, ropa, productos y servicios. 

Vincular cómo se producen los alimentos y cómo llegan a las personas, permite diseñar  cadenas más cortas que apuntalan el desarrollo local. 

Otra importante ventaja de las cadenas de abasto es que permite reconocer las áreas que hay alrededor de una ciudad, como las zonas agrícolas e industriales.

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