Las empresas, a nivel local, que siguen haciendo negocios y empleando a personas, se enfrentarán a evidentes limitaciones operativas a corto plazo, alerta un nuevo estudio de Bain & Company centrado en el impacto de la crisis Rusia-Ucrania en la cadena de suministro global.

A nivel mundial, indica, las empresas tendrán que hacer frente a la volatilidad de la demanda en determinadas categorías –de materia prima y productos–, ya que los consumidores ajustan su gasto en medio de los costos de alimentos y energía.

Sobre esta última, y en cuestión de proveeduría, las perspectivas para las materias primas son variadas. La consultora estima que las restricciones comerciales con Rusia reduzcan la producción y disponibilidad de metales estratégicos clave.

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Es posible que el precio del acero se estabilice a medida que los actores internacionales aumenten su capacidad de producción, al tiempo que intentan equilibrar los compromisos medioambientales con el mayor uso de carbón necesario para suministrar esa capacidad adicional.

El reporte indica que, a menos que el conflicto se agrave significativamente, la logística por carretera, ferrocarril y aire debería estabilizarse, aunque pueden seguir existiendo interrupciones globales para la logística aérea, debido a las restricciones del espacio aéreo ruso y las limitaciones de las capacidades de carga pesada de Ucrania.

En un nivel macroeconómico, las sanciones impuestas a Rusia podrían contribuir al fin de la era de la superabundancia y la globalización del capital, limitando los flujos de inversión extranjera directa e influyendo en las decisiones de inversión de la cadena de suministro.

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El reporte, cuyo nombre original es How Should Your Supply Chain Respond to the Crisis in Ukraine?, enlista seis acciones en la cadena de suministro que las empresas deberían considerar para proteger su negocio a corto plazo.

Las primeras tres son evaluar y priorizar los riesgos en toda la cadena de valor, monitorear los cambios en las señales de riesgo y contrarrestar activamente los efectos de la inflación.

El segundo grupo de tres acciones contempla actualizar las estrategias de mitigación de riesgos, mejorar la trazabilidad de la base de proveedores y por último, perfeccionar su modelo operativo para apoyar la gestión de riesgos y la recuperación.

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