En el marco del evento organizado por Inmobiliare en Tijuana se reunieron los representantes de 4 empresas desarrolladoras en la zona, como son: FRASA, Grupo VEQ, Global Businesses Inc. y Bustamante Realty Group para intercambiar los retos y oportunidades del sector de viviendas en la ciudad.

Se conoció que Tijuana está en un punto crucial de crecimiento ya que tiene apertura para la consolidación de nuevos desarrollos inmobiliarios.

Cada panelista compartió sus apreciaciones sobre el desempeño del 2020. Coincidieron en la caída del mercado inmobiliario a causa de la pandemia por Covid-19, donde a partir de mayo y junio se reinició el movimiento y el interés de compra que se potenció por nuevas necesidades.

Algunos desarrolladores a raíz del incremento de la demanda tuvieron que adaptar tanto los mecanismos de formas de pago, como incluir procesos de visitas virtuales,  que fortalecieron a las empresas a nivel económico y personal. 

La pandemia aceleró decisiones que tal vez se estaban postergando, y en ese sentido fue un año positivo. Lo negativos fue la parálisis de tres meses al no ser un giro esencial, lo  que afectó mucho a contratistas y proveedores.

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Otros desarrolladores destacaron las ventajas que ha representado para ellos el trabajo remoto y el uso de tecnologías para estar conectados con sus empleados. Para las actividades de oficina que no requieren trasladarse a la obra, detectaron que se han hecho más eficientes.

En cuanto a los cambios en los productos habitacionales, dependen del mercado y la región. Algunas empresas se enfocaron en tickets de entre millón y medio a tres millones de pesos, segmento en el que no hubo muchos cambios de diseño. Los mayores cambios para el sector residencial tuvieron que ver con la forma en que se venden las unidades, acción para la cual se adoptaron diversas tecnologías.

Sobre la oferta de vivienda en Tijuana, intercambiaron opiniones sobre el inventario disponible para entrega inmediata y el inventario en proceso de construcción que atiende la demanda del segmento alto y residencial, todo ello contra demanda, por lo que no podría hablarse como tal de una sobreoferta.

La problemática social en Tijuana se centra sobre la vivienda media baja y la vivienda económica. Es preocupante que no se no cuente con un plan de vivienda federal, estatal o municipal lo que genera una gran incertidumbre para los desarrolladores donde realmente como negocio inmobiliario es donde existe la mayor demanda, sin embargo no hay suficiente oferta.

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El principal obstáculo está relacionado con el financiamiento hipotecario. En Tijuana la vivienda más económica que se puede construir es de 42 metros cuadrados y no se puede conseguir en menos de 800 mil pesos, mientras que el Infonavit ofrece un monto de 600 mil, por lo que no es suficiente para incentivar la producción.

En este momento en Tijuana se produce la cuarta parte de vivienda de lo que se llegó a construir hace algunos años. Se producen menos de 8 mil al año en Tijuana, por lo que esto implica retos pero también oportunidades para los desarrolladores ya que mientras las ciudades y el sector industrial siguen creciendo, la demanda de vivienda media se mantendrá.

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