Guadalajara y Tijuana arrancan el primer mes de año con demandas brutas corporativas de 2.2 y 2.8 mil metros cuadrados, que si bien son cifras conservadoras muestran una actividad superior a lo registrado en enero del 2021.
En términos generales la percepción de desarrolladores y comercializadores es que este 2023 generará no solo mayor movimiento sino oportunidades más claras de cierres de espacios de oficinas tanto para Guadalajara como para Tijuana. El fenómeno de retorno a los espacios ha sido cauteloso pero sostenido y comienzan a ver más llamadas y visitas en la búsquedas de nuevos espacios, donde la balanza se inclina por aquellos espacios acondicionados y que permitan minimizar el tiempo de arranque de las funciones.
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En términos de inventarios corporativos, Guadalajara se sitúa en la tercera posición a nivel nacional superada por Ciudad de México y Monterrey, mientras que Tijuana ocupa la sexta posición, antecedida por Puebla y Querétaro.
Aunque no se han iniciado nuevos proyectos de oficinas en estos mercados durante los últimos tres años existía una importante cantidad de edificaciones que arrancaron previo a la pandemia, de las cuales algunas de ellas se han ido entregando para así alimentar al inventario.
Las vacancias registradas al cierre de enero del 2023 en Guadalajara y Tijuana fueron de 14.9% y 6.5%, respectivamente. Si comparamos estos porcentajes con los que se registraban en enero del 2020, al inicio de la pandemia, la reducción corresponde a 2.2 puntos porcentuales en el caso de Guadalajara y de 3 puntos porcentuales en el mercado de oficinas de Tijuana.
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Este hecho pasa a ser interesante porque estaríamos por debajo de los límites de la sobreoferta. Así lo interpreta el desarrollador de Guadalajara que dio inicio en enero del 2023 a un proyecto de usos mixtos situado sobre el corredor Providencia y que combina 8 mil metros cuadrados de oficinas con departamentos y locales comerciales. Este formato de oficinas ofrece plantas completas por 1.5 mil metros cuadrados.
Este formato de usos mixtos ha sido recurrente en mercados como Tijuana, Guadalajara y Monterrey ya que su principal ventaja se asocia a la movilidad lo que incide en menor uso del automóvil e incrementa los traslados a pie en las distintas zonas donde se emplazan.
La combinación de usos también incide en una mayor seguridad y en la oferta de un estilo de vida que permite la coexistencia del ámbito recreacional, laboral y residencial a solo pasos.
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