Pocas empresas en México han decidido adoptar el modelo logístico de las llamadas dark stores (tiendas oscuras) como una respuesta inmediata y asequible ante los embates de la crisis sanitaria por COVID-19 que se han presentado en el sector del retail (minorista) y los cambios en los hábitos de consumo de las personas. 

La compañía de productos de belleza Sally Beauty está entre ellas y ha iniciado un proceso de reconversión en sus tiendas, luego de haber probado este modelo con efectos positivos tanto financieros como operativos.

Con el cierre temporal de las tiendas físicas durante el segundo trimestre de 2020, como una política sanitaria del Gobierno federal para evitar los contagios por coronavirus en las “actividades no esenciales”, Sally Beauty en Monterrey encontró que sus espacios cerrados podrían ser optimizados y utilizados como pequeños nodos logísticos, lo cual los llevó al concepto de las dark stores.

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Otro factor que apoyó la decisión fue la capacidad rebasada que presentaron las empresas de paquetería en el procesamiento de los artículos mermando sus tiempos de entrega.

En ese momento la zona centro y bajío del país tenía la mayor relevancia de la empresa en la mejora de la atención de sus clientes, por lo que inició un proceso de búsqueda para localizar su primera tienda que sería reconvertida en una dark store, considerando aspectos como la facilidad de acceso para las paqueterías, su cercanía con los polos de consumo y la comunicación con las vías rápidas.

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“Un punto estratégico para nosotros fue Tlalnepantla (Estado de México), porque está resurgiendo como zona logística”, asegura en entrevista con T21 Ricardo Pérez, director de cadena de suministro en América Latina de Sally Beauty, quien recientemente recibió el Premio Nacional de Logística 2021 por el proyecto de las dark stores, en la categoría de Empresa.

Mientras la tienda de Tlalnepantla estaba siendo reconvertida en su infraestructura (entre los racks donde se colocarían los productos, así como adquisición de la tecnología como las handhelds o touch screen que utilizarían los colaboradores), un proyecto alterno se instaló en su tienda de Masaryk.

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