En los primeros cinco meses del año la demanda bruta industrial reportada por los tres mercados que conforman la región de Baja California, ya supera en 105% a lo registrado en el mismo periodo del 2022 registrando 380 mil metros cuadrados, según datos señalados por la plataforma Solili.
En Tijuana observamos que la demanda abarca tamaños de 5 mil a 43 mil metros cuadrados, mientras que en Mexicali se amplía más el abanico con naves de mil a 34 mil metros cuadrados. En lo que va del año en Mexicali la demanda se concentra en actividades manufactureras, mientras que en Tijuana observamos un amplio espectro donde participan los sectores de alimentos, automotriz, logístico, de empaques, electrónico y de dispositivos médicos.
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Tanto Tijuana como Mexicali han logrado revertir el descenso en sus vacancias y cierran en mayo del 2023 con 1.6% y 3.4%, respectivamente. En el caso de Tecate la vacancia prácticamente nula reporta medio punto porcentual, siendo de los menores porcentajes a nivel nacional.
Parte de estos resultados obedecen a una importante cantidad de obras en construcción que han venido cumpliendo los cronogramas de entrega planificados, aunque una proporción importante corresponde a proyectos especulativos que se transan previo al finiquito por lo que no ha sido mayor el descenso en la vacancia.
Nuevamente esta región está ante un escenario de escasez de tierra con vocación industrial, principalmente concentrada en los corredores tradicionales de Tijuana, que ha beneficiado a Tecate y Rosarito, que conforman los submercados que permitirían la extensión de la mancha urbana.
La falta de espacio para edificar complejos industriales está llevando a los desarrolladores a evaluar nuevos esquemas como podría ser el desarrollo vertical en industrias de manufactura ligera, tal como lo planteó recientemente la Asociación de Industriales de Mesa Otay.
La iniciativa podría aplicarse en empresas de alimentos, bebidas, textil, calzados, medicamentos y cosméticos, entre otras, cuyos procesos productivos podrían adaptarse a una operación en varios niveles. Este reto supone trabajar de la mano de las autoridades urbanísticas locales a fin de adecuarse a las áreas netas rentables resultantes a la normativa vigente.
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Aunque cada uno de estos tres mercados manejan diversos tamaños las cantidades en construcción superan los valores reflejados en el último año, en cada uno de ellos. Al cierre de mayo del 2023 en Tijuana avanzan 585 mil metros cuadrados de edificaciones industriales en proceso, en tanto que en Mexicali y Tecate encontramos 185 mil y 23 mil metros cuadrados, respectivamente.
Hacia el cierre del segundo trimestre del 2023 la región de Baja California mantendrá su participación entre el 15 a 16% del total demanda bruta nacional, siendo de las más favorecidas por la cercanía a mercados más desarrollados tras la frontera americana, como es el caso de San Diego y Los Ángeles.