Los mercados corporativos de Monterrey, Guadalajara y Querétaro han venido adaptándose a la nueva dinámica de retorno laboral que ha surgido a raíz de la Covid-19, donde empresas y trabajadores han establecido nuevas pautas de ocupación de espacio en corto y mediano plazo, a la vez que las preferencias, diseño y funcionalidad de estos espacios también ha mutado.
Al cierre del 2T 2022 el incremento anual de la demanda bruta ha sido del 62% para Monterrey, 44% en Guadalajara y 93% en Querétaro. La recuperación paulatina aún debe sostenerse en el tiempo aunque el ajuste a la baja de la vacancia en estos tres mercados señala una reducción entre 4 y 5 puntos porcentuales registrando al cierre de julio 2021 vacancias de 17.6%, 16.7% y 16.8% para Monterrey, Guadalajara y Querétaro, respectivamente.
Ahora bien, dentro de los cambios de preferencias ha surgido el avance en la búsqueda de espacios por parte de empresas medianas y pequeñas, en este caso startups que una vez superada la adopción del trabajo online como modalidad predominante requieren dotar al personal de otras opciones que amplíen el abanico del bienestar físico y emocional, a la vez que la empresa avanza en su crecimiento.
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La combinación de trabajo online y presencial establece la necesidad de espacios que brinden la posibilidad de interacción a los equipos y el desarrollo de las tareas y funciones desde un espacio corporativo.
Esta premisa ha determinado no solo el crecimiento de demanda de los modelos de coworking que se han adaptado para ofrecer nuevas experiencias con mayor flexibilidad en la ocupación del espacio, los plazos y los costos, sino que ha motorizado el interés por espacios Clase B.
Los espacios Clase B pueden ofrecer no solo una menor renta si se compara con los Clase A con la posibilidad de retornar a una vida corporativa bien sea en forma plena o combinándola con modelo de trabajo a distancia, sino que también permiten otras posibilidades a veces más estructuradas en las opciones de Clase A.
Por ello en la plataforma Solili hemos incorporado recientemente la medición de los indicadores como inventario, demanda, precios, construcción y vacancia de espacios Clase B en Monterrey, Guadalajara y Querétaro motivados por el dinamismo observado en nuestros recorridos habituales, así como por el interés creciente de clientes por conocer información de este tipo de espacios en estos mercados.
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En promedio para estos mercados los espacios Clase A conforman el 70% del inventario y el restante 30% corresponde a las oficinas clase B.
Aquí podemos encontrar tipologías de plantas tipo menores a los 800 metros cuadrados en edificaciones que tienen más tiempo de permanencia en el mercado pero que por sus condiciones de emplazamiento, mantenimiento y cercanía a múltiples servicios conexos se vuelven en una opción que logra ventajas para algunos inquilinos en particular.
Por ejemplo, en Monterrey el precio promedio de la renta de espacios Clase A se sitúa en $18.5 dólares por metro cuadrado mensual y se dispone de 264 mil metros cuadrados en los 8 corredores que conforman este mercado, en tanto que los espacios clase B mantienen una renta promedio de $14.4 dólares por metro cuadrado al mes.
Igualmente para Guadalajara y Querétaro los espacios Clase A rondan los $19.6 y $14.8 dólares por metro cuadrado por mes, en tanto que los clase B registraron $13.9 y $11.4 dólares por metro cuadrado mensual, respectivamente.
Esta posibilidad de encontrar una oferta más variada potencia al mercado inmobiliario corporativo que irá encontrando un nuevo equilibrio con modalidades como las combinaciones del coworking, el desarrollo de usos mixtos en medio de un escenario donde se favorezca una disminución del tiempo del traslado laboral que al final repercuta en la calidad de vida de los trabajadores y las empresas.
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