El gobierno nacional busca reducir el rezago habitacional en materia de vivienda, estimado en 27% de los hogares mexicanos, por lo que instrumenta mecanismos para brindar recursos a la población y que ellos mismos enfoquen los esfuerzos en hacer mejoras y rehabilitaciones.

Como solución, ha puesto en marcha financiamientos, a través de instituciones gubernamentales y gobiernos locales, para que personas que cuentan con recursos limitados puedan hacer remodelaciones y ampliaciones. 

Los programas son para derechohabientes y personas que no cuentan con un salario formal. Repasemos algunos de los mecanismos disponibles para personas que no cuentan con seguridad social.

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El primero, a través del Programa de Mejoramiento de Vivienda, el gobierno de la Ciudad de México entrega créditos a tasa cero, en forma directa, a los capitalinos para hacer rehabilitaciones a inmuebles de interés social o popular. 

La ayuda es de aproximadamente 25 mil pesos y es acompañada de asesoría técnica, jurídica, financiera y sustentable para garantizar que las mejoras a la vivienda sean funcionales.

Los beneficiarios son personas que habitan en la CDMX, mayores de 18 años y propietarios de la vivienda a la que se aplicará el financiamiento de una sola unidad. 

Deben contar con un ingreso de hasta cinco veces el salario mínimo diario, por persona, u ocho veces por familia y tener una edad máxima de 64 años.

Los requisitos, además de los documentos oficiales de identificación (acta de nacimiento, INE, CURP) y jurídicos (documentos que acrediten la propiedad, contrato de apertura de crédito, pagaré y acude), se solicita un comprobante de ingresos o carta de declaración de ingresos del solicitante.

También se pide información técnica, como el croquis original de la vivienda, el certificado de uso de suelo y la autorización del INAH, INBA o Seduvi, según sea el caso.

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La segunda opción es el microfinanciamiento de la Sociedad Hipotecaria Federal (SIF) que se otorga a personas de todo el territorio nacional, crédito por hasta 70 mil pesos para mejoras y remodelaciones de una vivienda y para ello no es necesario estar afiliado al Infonavit o Fovissste.

El plazo para pagar el crédito es de hasta 36 meses, con una tasa de interés fija y se realiza a través de entidades financieras participantes, por lo que los requisitos varían. 

Pero hay uno que aplica a todos: comprobar que el dinero es destinado a la vivienda.

La tercera posibilidad es el subsidio de la Conavi, donde no es necesario pagar el dinero brindado para la mejora de las viviendas, ya que se desarrolla para dos segmentos de la población: personas cuya vivienda sufrió daños por el terremoto de septiembre del 2017, y familias de bajos ingresos que habitan zonas marginadas.

En el caso de familias de bajos ingresos, el monto que se brinda es de 90 mil pesos y puede ser utilizado para agregar recámaras, baños y cocinas u optar por recibir 30 mil pesos, para impermeabilización, instalaciones sanitarias e hidráulicas, entre otras .

Las personas beneficiadas deben ser mayores de edad, no estar afiliadas a ningún otro programa de la Conavi desde 2019, ser de bajos recursos y habitar en alguno de los municipios prioritarios definidos por la Sedatu.

En el otorgamiento de los recursos tienen prioridad jefas de hogar, población con ingreso individual menor a 2.6 veces el valor de la UMA mensual y las comunidades indígenas.

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