El modelo de vivienda en alquiler está llamado a ser una pieza clave en la estrategia para enfrentar el rezago habitacional en el país y dotar de soluciones habitacionales a los diversos segmentos. Para ello es necesario impulsar cambios importantes y explorar nuevas políticas en la materia.

El Presidente de la Asociación de Vivienda en Renta (AVER), Francisco Andragnes, indicó a Centro Urbano que habría dos estrategias factibles que se podrían evaluar para detonar modelos efectivos de vivienda en renta social. 

El primero, tiene que ver con aprovechar el parque habitacional de casas recuperadas por parte del Infonavit; y el segundo, impulsar asociaciones público-privadas para desarrollar proyectos desde cero.

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El especialista habló sobre las oportunidades que existen para impulsar la vivienda en renta como estrategia complementaria en aras de ofrecer vivienda a las familias que menos ganan. El déficit sigue en aumento, y es necesario ser innovadores para atender el reto.

Para impulsar este tipo de proyectos en renta desde cero es importante para los desarrolladores atender el tema de la tramitología. 

La poca agilidad para el otorgamiento de permisos es uno de los mayores obstáculos que impiden a los empresarios apostar por la vivienda en alquiler para segmentos bajos. Es prioritario la celeridad en la respuesta, ya que los retrasos inciden en su costo final.

Otra área a explorar es permitir mayores densidades en los proyectos, de manera que se podrían conseguir configuraciones que den pauta a ofrecer viviendas en renta con precios del segmento social.

La tecnología podría jugar también un papel muy importante. Mediante una mejor evaluación de inquilinos y la administración eficiente de los edificios que impactaría de manera positiva en los precios de rentas.

En esa lógica, el Presidente de la AVER consideró que el Infonavit es un jugador que podría ser clave para detonar la vivienda en renta social. 

En su opinión el organismo podría explorar esquemas en los que la vivienda recuperada se inserte en esquemas de alquiler social; esto en lugar de devolverlas al mercado para la venta.

Múltiples  viviendas desocupadas de Infonavit se deterioran y podrían ser útiles para alguien que puede arrendar, y así se  pudiera poner al servicio de la vivienda social de una manera rentable. 

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Esta decisión podría impactar positivamente en el capital del propio Instituto. Así en lugar de rematar la vivienda para regresar al mercado, el organismo la podría recuperar y mantener como parte de su patrimonio al ofrecer en renta.

Existe una oportunidad poco explorada en las alianzas entre gobierno y empresarios. Principalmente, porque se podrían analizar modelos en los que las autoridades pongan la tierra, y empresarios desarrollen los proyectos de vivienda en renta social.

Con terrenos del gobierno en áreas centrales, en área cerca del metro, es preferible que las tierras se queden en el patrimonio del gobierno y ser arrendadas, ser útiles y generar una solución de vivienda; sin descapitalizarse o sin estar vendiendo los activos del erario.

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