San Luis Potosí inició el 2023 con un nivel de demanda bruta que supera los 51 mil metros cuadrados de naves industriales y que representa el 3% del total nacional.  El crecimiento del inventario de los últimos tres años ha permitido a este importante mercado del bajío alcanzar el tamaño de importantes mercados industriales del norte de México, como el caso de Reynosa, Mexicali y Saltillo. 

Al cierre del año 2022 este mercado superó los 250 mil metros cuadrados de demanda bruta permitiendo un crecimiento del 13% con respecto a la demanda acumulada durante el 2021. También para finales del 2022 el Presidente del Clúster Automotriz San Luis Potosí anunciaba la inversión de mil millones de dólares para el sector con parte de los 68 proyectos de inversión que la industria destina a México.

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A su vez las obras en construcción alcanzaron su máximo nivel histórico en octubre del 2022 donde se encuentran en fase de desarrollo cerca de 250 mil metros cuadrados, cifra que al cierre de abril del 2023 se acerca a los 195 mil metros cuadrados.

En la actualidad casi 25 naves industriales que van de 800 a 23 mil metros cuadrados estarán disponibles para ubicar empresas e inquilinos interesados en asentarse en este mercado del bajío, donde el perfil de firmas de proveeduría automotriz encontraron las mayores ventajas. 

Este mercado presenta una vacancia de 3.9% que junto a la de Guanajuato y Querétaro conforman los porcentajes más altos a nivel nacional. Del total de 150 mil metros cuadrados de espacios disponibles el 56% se concentra en el corredor San Luis Potosí-Villa Arriaga.

Otra tendencia que se observa en el 2023 es que casi la totalidad de los espacios disponibles corresponden a naves existentes.

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En cuanto al precio de renta tanto San Luis Potosí como el resto de mercados del bajío se han mantenido entre $4.00 y $4.60 dólares por metro cuadrado mensual, lo que les permite posicionarse como una opción competitiva con respecto a los mercados del norte del país que logran alcanzar precios de renta promedio superiores. 

El fortalecimiento de las cadenas de proveeduría asociadas a la electromovilidad seguirán impulsando la demanda de espacios industriales en la zona y creando una oportunidad inmobiliaria para los desarrolladores que siguen su apuesta a la región centro del país.