Culmina el primer semestre del año y México logra acumular una demanda bruta en el sector industrial que supera los 3.1 millones de metros cuadrados a nivel nacional. Los mercados del norte del país logran participar del 57%, seguido de los cuatro mercados del bajío que acumulan una quinta parte. Ciudad de México y Guadalajara figuran con 18% y 5%, respectivamente.
La tendencia del nearshoring se ve reflejada en buena parte de estas cifras que se dan en medio de un escenario macroeconómico que favorece a las inversiones en nuestro país. Hacia el segundo semestre del 2023 se prevén mejores resultados por múltiples anuncios realizados que aún no forman parte de las cifras de demanda industrial en el primer semestre del año.
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Si nos fijamos en las últimas actuaciones de política monetaria, tanto de la Reserva Federal de Estados Unidos como del Banco de México, ambos anunciaron un freno al alza en su tasas de interés. Esto favorece al peso mexicano que rompe un nuevo techo y cotiza por debajo de 17 unidades por dólar. El incremento de la Inversión Extranjera Directa y las exportaciones, a la par del crecimiento de las reservas empujan en el mismo sentido para continuar fortaleciendo la moneda local. Este escenario mantiene una inercia que podría extenderse en los próximos meses.
La evolución de estas variables macroeconómicas es el eje de observación que mantienen los principales desarrolladores, financiadores e inversionistas del mercado industrial en México, que se ha visto impulsado por efectos de las relocalizaciones.
En sentido contrario, como aún se enfrenta una época de alta inflación el costo de reponer inventario se incrementa y no necesariamente se puede trasladar a las rentas lo que pudiese afectar los ingresos esperados para los desarrolladores e inversionistas inmobiliarios. Sin embargo, el crecimiento de la inflación viene dando un respiro y crece a una menor tasa lo que pudiese favorecer la inversión industrial en el segundo semestre del año.
Las proyecciones para lo que resta del 2023 se centran en identificar oportunidades para adquirir activos en construcción o arrendamiento que ya cuenten con acuerdos previos de renta y donde exista una probabilidad de extender el plazo contractual.
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Las operaciones correspondientes a grandes empresas nacionales o internacionales en territorio mexicano garantizan un tasa atractiva de riesgo-rendimiento para una operación de esta naturaleza. Adquisiciones, disposición, reconversiones y adaptaciones de los activos son claves en la estrategia de posicionarse en un mercado altamente competitivo, para los principales participantes tenedores del activo.
El sector logístico será otro detonante de la demanda en el segundo semestre del 2023, requiriendo inmuebles que garanticen sus estrategias eficientes de distribución y abastecimiento.
Finalmente, lo que resta del 2023 será muy atractivo para proyectos e inversiones inmobiliarias que logren interpretar las tendencias del panorama global para las empresas que buscan destacarse por prácticas medibles de los criterios de ambiente, sostenibilidad y gobernanza.