De acuerdo con un estudio de FINSA, las empresas extranjeras y nacionales demandan cada vez más espacios sustentables que contribuyan al cumplimento de sus objetivos medioambientales.

Así, la nueva generación de parques industriales inteligentes y sostenibles tiene como propósito crear valor a largo plazo, además de ayudar a los usuarios a cumplir con compromisos en la materia.

Por ejemplo, las empresas en Estados Unidos tienen el objetivo de descarbonizar por completo su economía para 2050, señaló la empresa inmobiliaria industrial en un comunicado.

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Las empresas implementan estrategias y soluciones para contrarrestar el cambio climático y reducir su huella de carbono y por ello al extender sus operaciones en otras latitudes, requieren estar alineadas con los objetivos corporativos: contribuir con la generación de energías eficientes y limpias o implementar prácticas sustentables en sus procesos productivos.

En el caso específico de Norteamérica, dar cumplimiento a uno de los capítulos más innovadores del T-MEC, en relación al comercio y medio ambiente con compromisos concretos y obligaciones, o dar pie a sanciones.

El análisis de FINSA prevé que la sustentabilidad sea algo obligatorio para las operaciones empresariales, así como las certificaciones tipo LEED Gold.

Añadió que se ha puesto en marcha el Mapa de Ruta de la nueva generación de parques industriales inteligentes y sustentables camino a 2030, desarrollado por la Asociación Mexicana de Parques Industriales (AMPIP).

El mapa define que se abordarán los temas de gestión y monitoreo de consumo de energía, agua, uso de residuos y materiales, calentamiento global y ecosistema natural, estableciendo mejores prácticas.

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Sergio Argüelles, presidente de FINSA, señaló que los desarrolladores industriales contribuyen al desarrollo de infraestructura competitiva para la atracción de inversiones y promueven la gestión integral sostenible de los recursos para preservar los ecosistemas, entre otros aspectos.

Entre las 4 mejores prácticas podemos incluir la generación de economías circulares para minimizar la producción de basura y fomentar el reciclado, y las acciones para disminuir los niveles de emisiones de dióxido de carbono.

Otras dos prácticas serían el uso eficiente del agua, la energía y el suelo junto a las mejoras en las condiciones de los trabajadores del parque y la relación con la comunidad que lo rodea.

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