La inversión inmobiliaria industrial en México ha logrado sortear con éxito los embates de la pandemia y es uno de los sectores que más ha podido aprovechar el reacomodo de las cadenas de suministro a nivel mundial.

Por una conjunción de factores como la cercanía a Estados Unidos, que representa la mayor demanda potencial, junto a una importante evolución de más de dos años desde que arrancara el T-MEC crean las condiciones de mercado y legales para que fluya con éxito la relocalización de nuevas procesos productivos que serían más onerosos y demandan mayores plazos de cumplimiento si se siguieran desarrollando desde Asia.

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Las oportunidades están sobre la mesa para que se potencie la relocalización de empresas extranjeras junto al empuje de las inversiones de empresas nacionales. El sistema logístico nacional ha logrado en los últimos años fortalecerse favoreciendo la llegada de nuevas inversiones aunque la mayor proporción se concentra en expansiones.

Entre enero y junio de este año, el país habría captado alrededor de 27 mil 511 millones de dólares por concepto de Inversión Extranjera Directa (IED), lo que representa un incremento del 12% con respecto al mismo periodo del 2021, según señaló la Secretaría de Economía.

La inversión industrial marca pauta en esta cifra de inversión y más de 242 compañías firmaron un contrato para establecerse en algún espacio industrial, de los cuales el 78% corresponde a expansiones planificadas en territorio mexicano. La calificación de la mano de obra, la ubicación estratégica y la existencia de un entorno industrial desarrollado en medio de un mercado institucional, son algunas ventajas que han motivado la apuesta de estas empresas por asentarse en el país. 

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Cuando se analiza la cifra de la demanda industrial bruta acumulada entre enero y agosto del 2022 que casi alcanza los 4.5 millones de metros cuadrados que representa un 12% por encima de lo registrado en el mismo periodo del 2021.

Por el lado de los riesgos la inclinación cada vez más evidente hacia la consecuención de los Objetivos de Desarrollo Sostenible adoptados por las Naciones Unidas en 2015 como un llamamiento universal para proteger el planeta, entre otros fines y que incide en que desarrolladores e inquilinos vayan trás la búsqueda de agua limpia y saneamiento, energía asequible y no contaminante, junto al desarrollo de una industria que mantiene elementos de innovación y una infraestructura acorde a las demandas de la actividad industrial.

En el caso mexicano el tema de seguridad y del agua son los mayores obstáculos para las inversiones que llegan al país. La inseguridad contempla no solo la inseguridad física para el resguardo de personas y bienes sino que alcanza la seguridad financiera que permita garantizar la rentabilidad de las inversiones en suelo mexicano.