El mercado corporativo en el periodo de la pandemia no solo se enfrentaba a una merma importante de la demanda bruta sino que la mayor batalla se llevaba a cabo en la demanda neta ya que las desocupaciones superaban con creces a los espacios que se ocupaban.
Es decir, que con las restricciones para el uso de espacios y los parámetros de sanitizaciones se fomentaba la asistencia solamente parte de la plantilla laboral y se facilitaba el trabajo desde casa a gran parte del personal lo que determinó grandes espacios de oficinas vacíos que anteriormente estuvieron ocupados.
La situación se agravó por el enorme volumen de edificios en proceso que venían en sus fases finales de construcción y que se encontraban ante una demanda mermada que aún no decidía cómo iba a responder a las ocupaciones en meses subsiguientes. En marzo de 2020 más de 1.18 millones de metros cuadrados estaban en proceso de edificación para seguir incorporándose a los inventarios en los principales corredores de la Ciudad de México.
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Durante el 2021 y lo que va del 2022 la sociedad logró incorporar las pautas para adaptar la asistencia paulatina y luego completa a las labores prioritarias, de servicios, de salud, comerciales y las oficinas que harían el transitó hacia una normalidad, aun con contadas restricciones. Para la sociedad el costo de no producir o trabajar iba a traer peores consecuencias que la de enfrentar el fenómeno sanitario ya con más conocimiento de causa.
En el caso de Ciudad de México hilaron seis trimestres consecutivos con absorción neta negativa entre el 2T 2020 y el 3T 2021, a partir de allí se generó un punto de inflexión hacia la demanda neta positiva, lo que significa que los espacios que se ocupaban superan a los que se iban entregar.
Pensando que ya se había salido de ese ciclo negativo el cierre del primer trimestre del 2022 se generó nuevamente un retroceso que indicaba que las empresas y los corporativos aún dudaban de que iba a haber un panorama claro que les permitiese planificar hacia el mediano plazo.
Ahora bien, ya con cifras del segundo y tercer trimestre se observa una tendencia, que aunque muestra una demanda bruta creciente, ha logrado mantener en niveles razonados a la desocupaciones y permiten registrar en Ciudad de México una demanda neta de 62.7 mil metros cuadrados al 2T 2022 y 67.7 mil metros cuadrados al cierre del 3T 2022.
En datos más recientes de Solili en su Reporte de Oficinas Solili Octubre 2022 se reseñaba la demanda bruta supera en 80% a la registrada en el 2021, por lo que podríamos estar ante una recuperación sostenida del indicador.
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Otro factor que se suma a la ecuación es la baja cantidad de construcción que han arrancado de la pandemia lo que ha llevado a contraerse a las vacancias de los principales mercados alternos a la capital a disminuciones que comienzan a alejarlos de la sobre oferta.
Por ejemplo, al cierre del 3T 2022 el mercado corporativo de Guadalajara disminuyó su vacancia en 5.8 puntos porcentuales mientras Monterrey, Querétaro y Tijuana se contrajeron a razón de 3.1 puntos porcentuales.
Las empresas ya adaptaron sus estructuras y solo habría importantes cambios si al vencerse sus contratos encuentran oficinas adecuadas con las que puedan negociar espacios de mayores ventajas para sus operaciones y que les permitan flexibilidades de las que anteriormente no disponían, como entregas anticipadas y posibilidades de expandirse.
Ante este escenario pudiéramos ver movimientos de empresa hacia mejores ubicaciones o hacia edificaciones con mayores amenidades o facilidades.
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