Ni 100% home office, ni 100% presencial. Diferentes estudios publicados recientemente, entre ellos, destaca el de Microsoft que revela que el 50% de los colaboradores desea mantener actividades al menos parcialmente en home office. 

Por ello no resulta raro que un gran número de empresas están proponiendo modelos híbridos de trabajo como la solución del futuro a corto y mediano plazo. Ante esta realidad la pregunta inmediata es: ¿Los liderazgos están preparados para ello?

Los cambios de cultura de trabajo nunca llegan solos, vienen acompañados de cambios tecnológicos, físicos, de métodos de evaluación, de comunicación, entre muchos otros.

Las herramientas de “acercamiento tecnológico” se han acelerado: Zoom, Google Meets, Teams, WhatsApp, y han mejorado sus propuestas de soluciones eficientes para acercar a los equipos de trabajo. Las opciones de oficinas temporales, espacios compartidos, renta de salas por horario determinado o bien ajustar oficinas y lugares de trabajo no personalizados, han permitido adaptarse rápidamente a las nuevas demandas.

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Cuatro mapas de ruta señalan el equilibrio, entre los que se encuentran: la elección, la disciplina, la confianza y la cultura laboral.

La elección sienta base para que los colaboradores puedan mejorar su calidad de vida, que pueden ir desde horarios fraccionados a jornadas de más horas con días libres o la posibilidad de compartir casa y oficina como sitio para el desarrollo de labores.En fin, lo importante es entender necesidades, adaptarse y llegar a acuerdos mutuos.

La disciplina también es clave para que el sistema funcione para ambas partes, y donde  debe quedar muy claro los entregables de los colaboradores en bases semanales, quincenales y mensuales, adicional a los  KPI (Key Performance Indicators) esperados de este modelo híbrido. Para ello es vital que se den los resultados esperados.

La confianza es el tercer mapa y que se facilita con las múltiples Apps que ayudan al control de quien está trabajando y dónde lo hace desde sus smartphones (Factorial o Teramind, por mencionar algunas), aunque nada sustituye la retroalimentación cara a cara presencial o a distancia.

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Finalmente la Cultura Laboral debe estar clara y ser correctamente transmitida para que toda la empresa esté alineada, conociendo los objetivos globales y estratégicos de la organización y estar perfectamente entendidos por sus colaboradores para que, independientemente desde qué trinchera trabaja cada colaborador, tenga clara su aportación a dicha estrategia.

Los líderes de las empresas deben asegurarse de que las cosas así se van construyendo sin importar si lo haces desde casa, oficina o de un café con internet.

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