La industria automotriz en México, la más importante de América Latina, enfrenta grandes retos, entre los que destacan la recuperación económica y la innovación, con base en el análisis de las tendencias y nuevas necesidades de los clientes, así señalo Marco Galindo, socio de auditoria en KPMG México para México Industry.
La producción automotriz en México tiene como destino principal el mercado estadounidense, existiendo una alta dependencia de éste, por lo cual México se favorece por las decisiones del gobierno de Estados Unidos que están generando la reactivación económica del vecino país.
Tras una caída aproximada de 20% en la producción nacional de vehículos ligeros durante 2020, derivada del confinamiento, la industria se encuentra en recuperación.
Dicha reactivación viene acompañada de un aumento paulatino en el consumo nacional e internacional de vehículos nuevos.
La industria automotriz juega un papel protagónico en la reactivación económica, contribuyendo de manera significativa al producto interno bruto (PIB) del país.
Además, genera empleos directos e indirectos, y su cadena de suministro está conformada por un gran número de entidades económicas que contribuyen al repunte de la economía nacional y regional.
La ubicación geográfica de México, constituye una ventaja para la industria.
Si bien el Bajío es un motor importante, se suman el corredor de Coahuila y Monterrey e, incluso, Sonora; todos estos actores relevantes de la industria nacional, con acceso, en su mayoría, a rutas que facilitan la comercialización de mercancías a través de puertos marítimos con Estados Unidos y Canadá.
Adicionalmente, nuestro país mantiene un lugar privilegiado como productor en el ámbito global,lo cual genera buenas expectativas en el corto y mediano plazo.
Por el lado de la demanda sabemos que las necesidades y la visión de los usuarios cambia a pasos acelerados.
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Es probable que en los próximos años se experimente una transformación relevante de la industria, aunque durante la pandemia las organizaciones se han enfocado más en la operación y recuperación económica que en el desarrollo tecnológico.
De acuerdo con los resultados de Global Automotive Executive Survey 2020, de KPMG International, la movilidad eléctrica, la conectividad y digitalización junto a la movilidad híbrida serán tendencias predominantes de cara al 2030.
El enfoque de sustentabilidad y medio ambiente son factores relevantes globalmente, ya que se estima que existirán reguladores en el ámbito mundial que marquen el rumbo de la industria automotriz a corto y mediano plazo en cuanto al desarrollo tecnológico.
Ya diversos países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) han anunciado regulaciones importantes en la fabricación del tren motriz.
En el estudio citado se menciona que, para 2030, el mercado mundial de vehículos no contará mayoritariamente con aquellos de combustión, sino que serán complementados con vehículos híbridos y eléctricos, principalmente.
Las tendencias de la industria representan retos muy importantes, tales como el precio de los vehículos híbridos, eléctricos y autónomos, dependientes del costo y fabricación de baterías; los componentes y materias primas tales como litio, sensores, dispositivos electrónicos y, en algunos casos, el CO2.
En su momento, los usuarios ponderarán el costo, la necesidad de recarga y el rango de la batería, por ejemplo, como factores y barreras primordiales en la decisión de compra.
El protagonismo lo marcarán aquellas entidades económicas, particularmente las productoras de equipos originales (OEM, por sus siglas en inglés), que apuesten por la innovación e inviertan estratégicamente en esta, desarrollando productos sustentables que aporten valor a la cadena productiva automotriz.
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Entre las acciones necesarias para ser parte de esta transformación, destaca el análisis y estudio detallado de las características de las nuevas tendencias, los componentes y sus principales materias primas, así como los costos y servicios necesarios para su uso y disposición.
En conclusión, diversos factores marcarán la pauta en la agenda tecnológica de la industria automotriz, como la limitación en el uso de vehículos de combustión, los estímulos a favor del medio ambiente o las disposiciones en torno a la seguridad y homologación de reglamentos para los vehículos autónomos.
La oferta de materias primas detonará el tren motriz de la industria en cada país; en el caso de México, abarca la disponibilidad de combustibles y la infraestructura de recarga para autos eléctricos.
En este contexto, es posible prever que, en los próximos años, las empresas de tecnología estarán compitiendo y colaborando con las OEM en materia de innovación.
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