Al culminar el tercer trimestre del 2022 se mantiene la tendencia del crecimiento de la demanda bruta de los espacios de oficinas a nivel nacional, que venía avanzando al principio lentamente, pero ya muestra una trayectoria ascendente que se ha mantenido de manera contínua en los últimos cuatro trimestres.
Si analizamos la demanda corporativa nacional, entre enero y septiembre del 2022, el crecimiento en el período es del 80% por la velocidad de incremento de la demanda será cada vez mayor, tal como lo señala la comparación anual del tercer trimestre del año que duplica lo registrado en el tercer trimestre del 2021.
Es un hecho que la modalidad del home office, al menos en su formato completo de tiempo, ha dejado de ser una ventaja para las empresas que ha venido acompañado de múltiples demandas por parte de los trabajadores en la búsqueda de mecanismos y actividades de participación presencial que eviten el aislamiento social transitado desde la pandemia.
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Ciudad de México es el mercado donde este fenómeno está más marcado ya que el crecimiento de la demanda bruta trimestral fue de casi 160%, en tanto que el acumulado entre enero y septiembre fue del 104%.
Monterrey mantuvo estable la demanda durante el 3T 2022, sin embargo, si se revisa el acumulado de los primeros nueve meses del año el crecimiento ha sido casi un tercio con respecto al 2021. Querétaro por su parte también ha logrado recuperar en 60% la demanda acumulada de los primeros nueves meses del año, en lo que va del 2022.
En el caso de los mercados emergentes como León y Mérida también observamos demandas incrementales en inmuebles corporativos registrando crecimientos del 128% y 33% en el comparativo anual de los meses de enero a septiembre.
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También se ha observado una preferencia en términos generales hacia espacios ya acondicionados, principalmente en Ciudad de México lo que nos indica que aún la incertidumbre determina que el horizonte temporal de inversión se incline más hacia el mediano plazo que hacia el largo plazo.
Recordemos que previo a la pandemia las principales empresas que demandaban espacios visualizaban mayores periodos de contratación de su rentas, que al superar los 3 años permitían que no solo modelar el espacio con la cultura corporativa sino que esa inversión fuese amortizada durante el plazo del contrato.
En la actualidad se privilegian factores como la flexibilidad de plazos que permiten expansiones y contracciones en la medida en que la operación comercial se desarrolla y la posibilidad de poder usar más de una edificación.
Por estas razones los coworking han modificado sus formatos originales haciéndose más flexibles dando cabida a que empresas de diversos tamaños posicionándose como una palanca que también ha activado la demanda de los últimos trimestres. Lo que resta del 2022 y el 2023 será un período donde cada vez más se copen los espacios disponibles haciendo que las vacancias ajusten a la baja y creando así el escenario donde nuevamente los desarrolladores vean propició el inicio de nuevos proyectos.
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