La logística ha cambiado de forma abismal en los últimos 30 años, la tecnología pasó a ser una necesidad básica para el control y operación del almacén. 

Lo que hacían muchos colaboradores en una bodega como: paletizando, acomodando productos, seleccionando tipos, formas o colores, estibas especiales y etiquetando diversos productos, ahora se puede hacer con ayuda de herramientas tecnológicas.

Robots de picking, paletizadoras, montacargas automáticos, software especializados de inventario y otros apoyos programados mediante computadoras forman parte de la operación diaria en las empresas. 

Sin embargo, el proceso que había sido lento se aceleró con el Covid-19 donde se rompieron paradigmas y donde, muchas empresas han tenido la necesidad forzosa de migrar a un esquema logístico digital para satisfacer la demanda de los clientes. 

Un cliente más informado, con mayor acceso a opciones competitivas en el mercado, encamino esta evolución en la cadena de suministro hacia la  industria logística 4.0. 

Una corriente que busca integrar todo a través del internet, es decir, que todo pueda estar interconectado para tener un alto nivel de trazabilidad y visibilidad.

La comunicación irá más allá llegando a los almacenes, las unidades de transportación y de entrega última milla, quienes sabrán qué está por salir de las bodegas, qué tipo de producto hay en inventario, cuáles SKU son los de más movilidad o venta.

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Toda esta tecnología vendrá gracias a redes telefónicas inteligentes 5G, que buscan el desarrollo de las llamadas smart cities, pero esto implica una brecha de infraestructura y migración tecnológica entre lo que ya existe ahora como la 3G, 4G y la nueva 5G. 

Para que el internet de las cosas (IoT) llegue y la logística 4.0 se implemente en nuestro país, el primer paso es contar con gran infraestructura tecnológica, misma que ahora todavía no existe y que se encuentra en una fase muy temprana de instalación. 

La tendencia nos dice que, en los próximos cinco o seis años, la logística 4.0 irá tomando impulso por las políticas públicas que apalancarán las inversiones en infraestructuras de telecomunicaciones de conexiones 5G e internet de ultra rápida velocidad.

Los principales beneficios se verán en el control de inventarios y de eficiencia operativa de los centros de distribución, el punto neurológico de la cadena de suministro, así como en el uso de drones o de vehículos autónomos, sin conductor, para la entrega de los pedidos. lo que cobrará  gran relevancia en sitios ubicados en zonas remotas o también para entregas exprés o de emergencia en ciudades con tráfico.

También el análisis predictivo del comportamiento de los receptores para disminuir el número de entregas fallidas y la evaluación en tiempo real de los condicionantes externos para seleccionar la mejor ruta de reparto, y adaptación instantánea de los recorridos en caso de imprevistos, serán áreas de grandes cambios el venidero año.

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En algunas regiones del país, principalmente en las que existen industrias del rubro manufacturero automotriz como Bajío, centro y norte de México, hay mayor interés de inversión en este tipo de tecnología, también el sector del e-commerce que seguirá con tendencia al alza para alcanzar su punto de maduración, pues este sector es el que ha tenido mayor necesidad de migrar hacía una logística integrada y digital.

La logística ha vivido una revolución sorpresiva por la llegada del Covid-19, la cadena de suministro ha tenido que cambiar para adecuarse a los nuevos estándares de movilidad, haciendo uso de la digitalización, pero con un mayor sentido de satisfacción para los consumidores finales.

La logística será aliada, junto a muchos otros rubros, para seguir proporcionando las experiencias que todos queremos en nuestro día a día. Y es que, sin duda, cuanto mayor es la interconexión entre las partes implicadas en la cadena de suministro, mayor será la eficiencia operativa.

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