Las preferencias que ha traído consigo el retorno a las oficinas han inclinado la balanza hacia aquellos espacios ya listos para ocupar en comparación a las opciones que prevalecían en periodos previos a la pandemia.

Las compañías en la actualidad enfrentan un escenario de mayor volatilidad e incertidumbre por lo que el horizonte de planificación no les permite tomar riesgos de largo plazo. La inflación en niveles no vistos en los últimos años y el reordenamiento de procesos productivos ha despertado alertas en los decisores empresariales que van a lo seguro para garantizar la operación con la menor cantidad de contratiempos.

Anteriormente, cuando predominaba la demanda sobre la oferta, las empresas competían por hacerse de los mejores espacios y estaban dispuestas a esperar plazos de adecuación para lograr que los espacios puedan representar los valores de su cultura corporativa. 

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Por otra parte, antes abundaban los materiales y los plazos de cumplimiento en tiempos eran predecibles, lo que se ha alterado en la actualidad con la escasez de algunos acabados y dotaciones, que muchas veces retrasan las entregas de las obras.

La necesidad de nuevas dotaciones con sistemas inteligentes de conectividad, movimientos de traslados verticales en los edificios, controles al acceso todo ello con la necesidad de minimizar los contactos para así disminuir los contagios originaron mayores dificultades a la hora de tener operativa una oficina. 

Habrá que recordar que previo a la pandemia la mayor cantidad de espacios se entregaban en obra gris que aunque sigue componiendo parte importante de la disponibilidad no logra ser suficientemente atractiva para atrapar a la demanda.

Al cierre del 2T 2022, a nivel nacional cerca de 210 mil metros cuadrados cerraron operaciones de arrendamiento y la Ciudad de México logró registrar 137 mil metros cuadrados logrando nuevamente alcanzar demandas netas positivas.

En paralelo se ha reforzado de manera importante el tejido de los coworking no solo en México sino en el resto de mercados a nivel nacional lo que ha permitido que mercados como Monterrey y Guadalajara superen los 26 y 16 mil metros cuadrados de demandas netas durante el 2T 2022, adicional a toda la disponibilidad que empresas como Wework, Regus, Iza e Ios ofrecen.

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Los pre arrendamientos han dejado de marcar pauta a la hora de elegir sede tanto en la Ciudad de México como en el resto de mercados a nivel nacional, el hecho que haya que tomar decisiones rápidas y efectivas ha incido en las preferencias de ocupación de espacios listos para operar en que mercados como Querétaro, Puebla y Tijuana que registraron  al cierre del segundo trimestre del 2022 demandas brutas de 7.3, 5 y 4.2 mil metros cuadrados, respectivamente.

En el segundo semestre del 2022 es probable que esta tendencia continúa en ascenso al igual que la disminución de desocupaciones sea permanente ante el escenario de recuperación lenta pero segura en la demanda corporativa, donde hacia finales del año podremos ver el inicio de pequeños proyectos menores a 4 mil metros cuadrados, principalmente en mercados medianos y emergentes.