Al cierre del 2022 son varios los indicadores que pueden ejemplificar el importante despegue que se generó en el mercado industrial mexicano. Los fundamentales más destacados serían la demanda bruta, neta y las construcciones.

Aunque la demanda bruta logró incrementarse en el 12% con respecto al acumulado del año pasado, el crecimiento de la demanda neta fue más destacado al superar en 24% lo acumulado en los doce meses del 2021. 

El indicador de la demanda neta que incorpora las desocupaciones es mucho más representativo del crecimiento del mercado y mide la fuerte competencia que se generó de parte de las empresas e inquilinos que requieren espacios para operar. Muchas veces si algún ocupante requería de tiempo para lograr aprobaciones de su casa matriz en la toma de decisión para cerrar contrato, otro se le adelantaba y lograba hacerse del inmueble en renta.

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En términos absolutos los mayores incrementos de demanda neta anuales se generaron en Monterrey, Ciudad de México, Guanajuato, Querétaro y Guadalajara. Monterrey y Ciudad de México registraron 1.3 y 1 millones de metros cuadrados anuales lo que representó aumentos del 42% y 49% con respecto a la demanda neta acumulada del 2021, respectivamente.

El apetito inversor que avanzó a lo largo del 2022 movilizó a otro destacado indicador como la construcción industrial que al final del cuarto trimestre del año cierra con casi 5.3 millones de metros cuadrados. Está cantidad refleja un incremento del 42% con respecto al año que antecede.

La construcción industrial en los ocho mercados que monitorea Solili en el norte creció a un ritmo anual del 58% entre el 2022 y el 2021, solo superado por el incremento que registró el bajío cuya construcción creció en casi el 80% con respecto al año anterior. 

La región norte del país fue la más expuesta al nearshoring ya que la principal ventaja de relocalizar producciones es la cercanía a Estados Unidos, y muchas empresas allí asentadas movilizaron fábricas y proveedurías desde Asia a nuevas ubicaciones en mercados como Monterrey, Saltillo o Tijuana que les permitirán responder en tiempos y costos a las crecientes demandas del consumidor americano.

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La región del bajío que mantuvo el mayor crecimiento relativo de las construcciones se vio apoyada por el impulso de demanda de proyectos a la medida para grandes superficies que permitieron el despegue de mercados que en años de la pandemia vieron muy acertado su desempeño pero que en el 2022 han sido muy atractivos tanto para inquilino como para desarrolladores y constructores, dinamizando la inversión y el empleo.

Pero el líder indiscutible de la actividad constructiva fue Monterrey que logró un cierre del año con más de 1.4 millones de metros cuadrados de obras industriales que siguen avanzando en este mercado y que superan en 57% a lo que se construye al final del 2021.