México ha demostrado ser un país atractivo para la inversión extranjera directa y prueba de ello han sido las diversas empresas que ingresan por primera vez a este importante mercado latinoamericano que bien por sus dimensiones, el tamaño de su población económicamente activa o por la cercanía a Estados Unidos, representan el hito de crecimiento en el continente americano.

La búsqueda de instalaciones corporativas donde operar y localizar al personal idóneo para iniciar operaciones son dos factores claves para el negocio. Estas empresas vienen con planes operativos asociados a horizontes temporales de corto y mediano plazo que una vez superados permitirán asentar el modelo de negocios en nuestra región. 

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La búsqueda del espacio idóneo que permita la flexibilidad de crecer o expandirse abarcando uno o más mercados mexicanos son factores claves que junto a la relación precio-valor y a la localización idónea son tomados en cuenta en la matriz de decisiones a la hora de inclinarse por una u otra opción en particular.

Elementos como el acceso a transporte público eficiente, buenas dotación de estacionamientos, acceso a servicios conexos y otros equipamientos como el comercial, residencial, educativo y asistencial prelan en la evaluación. 

Bajo esta óptica compiten las opciones de espacios de uso exclusivo con contratos por periodos establecidos y sobre áreas previamente determinadas, con la opción de expandirse en caso que así se incluya en el contrato a suscribir, que compiten con las opciones de los denominados coworking o espacios de uso compartido.

Mucho han evolucionado ambas opciones tras la pandemia aunque los coworking han presentado más capacidad de adaptación hacia la demanda corporativa que también ha mutado en cantidad, características y áreas. 

En la actualidad los coworking ofrecen desde espacios privados que se adaptan al ritmo de crecimiento de las empresas, pasando por escritorios exclusivos en oficinas compartidas, complementados con salas de reuniones y eventos y paquetes que permiten potenciar el ecosistema empresarial. 

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Estos espacios van acompañados de servicio de conectividad y wifi, con contratos flexibles mes a mes o con duración determinada, añadiendo a ello la posibilidad de asistir a diversas sedes dentro de la ciudad o las ciudades donde se ubiquen los inmuebles que administran firmas como el caso de Wework, IWG, IOS o IZA, por citar algunos. 

Mercados como Ciudad de México, Tijuana, Guadalajara y Monterrey exhiben una amplia oferta de estos productos inmobiliarios y que también vienen avanzando en otros mercados corporativos en pleno desarrollo como Querétaro, Puebla, León y Mérida.

Habrá un modelo o espacio corporativo adaptado al tamaño y al ADN de cada empresa donde el espacio debe reflejar la cultura corporativa y debe adaptarse y crecer o modificarse al ritmo que lo hará la empresa, ya que estos atributos eran los que determinan la permanencia en el tiempo.