El replanteo en la forma de vivir y laborar abrió un cambio a raíz de la pandemia que somete a una nueva validación de múltiples conceptos que antes se daban por hecho.
Una vez que la vida laboral abrió la puerta a la posibilidad de trabajar a distancia y que el confinamiento obligó a personas y familias a modificar sus hábitos de traslados a trabajos y centros educativos que también migraron a la forma online, las dinámicas familiares se alteraron.
Si analizamos diversos titulares de los cambios y nuevas políticas que surgieron a raíz de esto encontraremos nuevas decisiones que se han instrumentado y que han sido el elemento diferenciador de la recuperación del sector residencial en el periodo posterior a la pandemia.
Muchas familias derivado de esta situación lejos de paralizarse actuaron y tomaron decisiones que favorecieron su patrimonio familiar.
Empezando por el panorama de políticas públicas los principales organismos que otorgan créditos, de vivienda en México, ante las bajas tasas de interés, abrieron el espectro en las leyes para que más cantidad de personas pudieran acceder a este beneficio.
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Infonavit, por ejemplo, instrumentó nuevos esquemas de crédito con cambio en la tasa de interés anual fija y pagos fijos durante toda la vida junto a las aportaciones patronales abonadas directamente a capital lo que impactó en forma determinante en el incremento de los créditos.
La posibilidad de adquirir un departamento uniendo varios créditos individuales también abrió nuevas posibilidades para hacerse de vivienda propia.
Fovissste, por su parte, pasó a superar su tope y permite financiar hasta 4.8 millones de pesos para vivienda, lo que amplía las opciones para las familias o personas que buscan su vivienda en propiedad.
La maduración del esquema de crédito ha impactado en la recuperación del sector de vivienda y así lo corrobora el buen ritmo que se ha mantenido en la colocación de créditos hipotecarios por parte de la banca pública y comercial.
Otra acción que ha sido producto de todos los cambios acontecidos es la conciencia que se ha generado para incrementar la calidad de vida cuando trabajamos y hacemos nuestro día a día en una misma comunidad, por lo que se busca reducir de manera importante los tiempos de traslados.
A raíz de ello Infonavit recientemente aprobó un ajuste a su regulación que establece que el Instituto únicamente financiará viviendas que tengan escuelas, centros de salud, vías primarias y transporte público a no más de 2.5 kilómetros de distancia.
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Ahora bien, las políticas públicas han abarcado mucho más que favorecer los esquemas de compra y dan pasos importantes en aumentar las opciones de alquiler para aquellos que no optan por comprar.
El modelo de vivienda en alquiler está llamado a ser una pieza clave en la estrategia para enfrentar el rezago habitacional en el país y por ello el sector público debe dotar de soluciones habitacionales a los diversos segmentos.
El Presidente de la Asociación de Vivienda en Renta (AVER) señaló dos estrategias factibles que se podrían evaluar para detonar modelos efectivos de vivienda en renta social. Para ello es necesario impulsar cambios importantes y explorar nuevas políticas en la materia.
El primero, tiene que ver con aprovechar el parque habitacional de casas recuperadas por parte del Infonavit; y el segundo, impulsar asociaciones público-privadas para desarrollar proyectos desde cero.
Quizá una situación tan movilizadora como ha sido la pandemia, nos apoyó en conocer nuestras prioridades y a tomar acciones que nos permiten fortalecer nuestras decisiones y sobre todo nuestro patrimonio.
Las políticas públicas han apuntado a la inclusión y al mayor acceso a los créditos, aunque aún el camino por recorrer es largo en un país donde sigue habiendo un importante déficit residencial.