Las fibras mexicanas funcionan como un termómetro para medir cómo le va al sector inmobiliario mexicano, debido a la cantidad de edificaciones que poseen.
En 2020, por ejemplo, registraron un área bruta rentable de activos en operación por más de 24 millones de metros cuadrados, más un millón en desarrollo.
Los resultados del año pasado también muestran que la industria se mueve hacia el camino sustentable.
De los 15 fideicomisos de bienes raíces mexicanos y afiliados a la Asociación Mexicana de Fibras o Amefibra, 67% han comenzado a establecer metas y objetivos específicos en criterios ESG (ambientales, sociales y de gobierno corporativo, por sus siglas en inglés).
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Para todas caminar en una misma dirección, la asociación emitió un Manual ESG durante 2020 para apoyar a homologar los esfuerzos.
Uno de los pasos seguidos ha sido utilizar sistemas de gestión como ISO 140001:2015 para tener un monitoreo constante de sus acciones. Además, han establecido objetivos anuales de desempeño para la dirección general y comités, que busquen tener un impacto positivo en las áreas social, económica y ambiental.
La industria de la construcción es una de las que más genera emisiones de carbono a nivel mundial.
La Comisión Nacional de Vivienda o Conavi estima que el 50% de las emisiones contaminantes de todo el mundo provienen de sus operaciones, entre las que se incluyen la edificación de inmuebles.
Durante 2020, las Fibras mexicanas monitorearon su impacto y medidas seguidas. Durante este año, 80% de los miembros de la asociación registraron su consumo de energía eléctrica, el cuál ascendió a 8,471,555.85 GJ.
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Con la cifra se decidió instalar sistemas fotovoltáicos, luminaria LED y eficientar la ventilación, entre otras acciones, con lo que lograron reducir 5% el consumo base.
También consumieron 9,573,897.47 metros cúbicos de agua, se generaron 146,502,372.08 toneladas de residuos sólidos no peligrosos y se constató que sólo 7% del área bruta rentable contaba con algún tipo de certificación ambiental.
Tomando en cuenta los resultados se estableció que para el 2024 se deben reducir los parámetros de generación de contaminantes e implementar mayores estrategias de ahorro en los inmuebles.
Actualmente, 73% de ellas cuentan con una política y/o procedimiento enfocado en la gestión ambiental.
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