El reordenamiento de actividades comerciales, industriales y corporativas se modificó a raíz de la pandemia. Algunos sectores ralentizaron su crecimiento como el comercial, hotelero y corporativo en tanto que el industrial tomaba la senda del crecimiento, luego de las oportunidades que logró capitalizar de la crisis de las cadenas de suministro y de las tendencias de crecimiento del consumo a través del comercio electrónico y la logística.

Ahora la adaptación de las empresas y sus colaboradores crea un nuevo equilibrio sobre algunos de estos mercados que mantienen una correlación entre ellos. Tal es el caso del sector industrial y el sector de las oficinas. 

Es interesante constatar que el crecimiento de la demanda industrial bruta a nivel nacional del 2T 2022 con respecto al 2T 2021 fue del 5.6%, en tanto que el sector corporativo sorprendió con un crecimiento interanual de 6.4%. 

Ahora bien, si entran en el análisis las desocupaciones incluidas en la demanda neta hacen más compleja la recuperación del sector de oficinas si se compara con el industrial. 

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Pero un fenómeno que se viene observando es que el dinamismo generado en los principales mercados industriales del país influye de forma directa en la recuperación de la demanda bruta de oficinas, ya que la llegada de nuevas empresas y la expansión de otras no solo impactan en los requerimientos de espacios operativos en naves industriales sino que halan las solicitudes sobre nuevos espacios de oficina y áreas destinadas al funcionamiento de actividades administrativas, comerciales y gerenciales.

Ciudad de México, por ejemplo, cierra el 2T 2022 con una demanda industrial de 287 mil metros cuadrados de naves industriales y de 137 mil metros cuadrados de oficinas, lo que implica un crecimiento anual de 7.5% del segmento industrial, en tanto que las oficinas avanzaron con mayor ritmo de crecimiento de 1.5 veces más. 

Ahora bien, lo que realmente determina la contracción del sector corporativo son las desocupaciones que aunque han venido cerrando la brecha mantienen niveles positivos cuando hace tan solo un año superaban a la demanda bruta.  

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Guadalajara también es un claro ejemplo donde el sector industrial creció a menor tasa que lo hizo su sector de oficinas, cerrando el 2T 2022 con una demanda bruta de 90.3 mil metros cuadrados de naves industriales y 16.3 mil metros cuadrados de oficinas. 

En Monterrey observamos un comportamiento similar donde al cierre del segundo trimestre del año la demanda bruta industrial que superó los 429 mil metros cuadrados, la más alta a nivel nacional, creció en 6.7% si se compara con el mismo periodo del 2021. Sin embargo el sector corporativo regio cierra con una demanda de oficinas el 2T 2022 de 26.5 mil metros cuadrados que casi duplica a la generada el 2T 2021.

Pero tanto los casos de Guadalajara como Monterrey aunque señalan crecimientos importantes de la demanda bruta de oficinas se afectan de manera importante por las desocupaciones que aunque ralentizadas siguen siendo elementos determinantes que abren apenas el camino hacia una recuperación sostenible en el tiempo.

En lo que resta del 2022 y por el comportamiento observado de cautela en los desarrolladores para no iniciar nuevas construcciones corporativas es probable que se siga absorbiendo parte de la sobreoferta de oficinas ante el escenario de incremento de demanda industrial que se monitorea en diversos mercados mexicanos.