Ciudad de México ocupa la segunda posición con respecto a la demanda industrial nacional, logrando superar el millón y medio de metros cuadrados durante el 2022, lo que representa un incremento anual del 22% con respecto a la cifra acumulada en el año 2021.

La demanda bruta de la capital del país se caracterizó por la presencia contundente de las naves especulativas que alcanzan el 96% de la demanda global. Por su parte, la oferta que actualmente avanza en construcción congrega a una decena de desarrolladores con amplia experticia en el sector y la capacidad comprobada de finiquitar en tiempo y costos los proyectos en ejecución.

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A ello debemos adicionar la característica de estacionalidad de la demanda en un mercado ampliamente impactado por el sector logístico que ha venido transitando importantes cambios de tamaños, tipologías y ubicaciones en la búsqueda por adaptarse a los nuevos modelos de demanda que ha traído el comercio electrónico.

En el 2022, el 70% del número de transacciones de naves industriales registradas en Ciudad de México corresponde a tamaños inferiores a 10 mil metros cuadrados. Sin embargo, si el análisis se efectúa sobre las superficies transadas el 40% se agrupa en naves que superan los 20 mil metros cuadrados. 

En este caso estaríamos hablando de naves que van desde los 21 a 67 mil metros cuadrados y que a diferencia de otros mercados en el país estas grandes superficies ocuparon proyectos especulativos que avanzaban en construcción.

Este fenómeno se vio reflejado tanto en el precio de renta como en la vacancia que cierran el año con promedios de $5.9 dólares por metro cuadrado mensual y 2%, respectivamente.

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Si tomamos en cuenta que la vacancia se ajustó a la baja en 1.4  puntos porcentuales podríamos anticipar que las construcciones en proceso se mantendrán por encima de los 550 mil metros cuadrados a lo largo del 2023.

A su vez, con el término de las fechas festivas del último trimestre del 2022, podríamos esperar el finiquito de los arrendamientos temporales que se dieron en el periodo se den por terminado, causando la desocupación programada de algunos espacios en la Ciudad de México, lo que veremos reflejado en el primer trimestre del 2023. 

Esta situación se ha replicado de forma temporal en los últimos años, siendo un efecto que al final no ha tenido importantes repercusiones en la demanda de la capital del país.