Las autoridades capitalinas estudian diversos modelos para poner en marcha esquemas de vivienda en renta que permitan atender el tema de la alta demanda existente.

Un mecanismo podría ser el lanzamiento de una Fideicomiso de Inversión (FIBRA) para vivienda en alquiler, diseñado para desarrollar y administrar este tipo de activos. 

Pablo Benlliure, titular del Instituto de Planeación Democrática y Prospectiva de la Ciudad de México, señaló que para atender la demanda anual de vivienda en la Ciudad se tendrían que desarrollar 50 mil viviendas. 

Los inmuebles que podrían componer esta oferta serían el resultado de procesos de regeneración, reconversión, y en esa mezcla, la puesta en marcha de proyectos de vivienda en renta social, y deben ser analizados con enfoque metropolitano.

Adicionalmente a generar las condiciones para el desarrollo de vivienda nueva deben lanzarse estrategias para atender la vivienda existente y aprovechar el espacio ya construido en la capital.

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El funcionario comentó que las autoridades incluyeron una variable de renta para los proyectos que se desarrollan al amparo del Programa de Regeneración Urbana y Vivienda Incluyente.

“A este programa le pusimos la variable de renta y le pusimos una variable diferente; una variable donde en lugar de hacer el 30% de las viviendas y venderlas para recuperar, el desarrollador le puede donar un porcentaje de viviendas al gobierno que va del 15% o lo que dé financieramente; y el gobierno a través de Servimet podría administrar ese parque".

En un proyecto ubicado en Santa María la Redonda, el desarrollador que participa al amparo del Programa de Regeneración Urbana donará parte de las viviendas al gobierno.

También se podría incluir modelos de participación entre gobierno y la iniciativa privada, en los cuales, el gobierno aporte la tierra y se entregue en concesión a privados para desarrollar vivienda en renta.

“Lo podemos hacer a través de Servimet. Pensamos que el Invi y Servimet se van a convertir en las dos grandes agencias de producción de vivienda. Una mucho más orientada a la producción social de vivienda y otra más orientada a la producción con los inversionistas privados.

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Por ello las autoridades deben centrarse en lograr regulaciones óptimas que permitan ordenar a la capital. Por otra parte, el precio de vivienda ha mantenido un crecimiento sostenido en la Ciudad de México. Y, tan sólo en las dos últimas décadas, el costo promedio ponderado ha incrementado casi 1000%. En este tiempo pasó de 500 mil pesos en el año 2000, a 5 millones 400 mil pesos en 2020.

El funcionario indicó que las autoridades, a través del Programa de Reactivación con Vivienda Incluyente y Regeneración Urbana (Previt), buscarán detonar el desarrollo de 10 mil 400 viviendas con precios accesibles. De este total, detalló, 523 unidades se consideran como “viviendas incluyentes”.

Al respecto, señaló que en el Previt se han registrado 88 proyectos, lo que implica una inversión del orden de los 11 mil 660 millones de pesos. De este total, dijo, ocho proyectos ya iniciaron.

En tal sentido, expuso que la meta para 2021 será iniciar 64 proyectos más de los ya autorizados, con los que se construirían 7,621 viviendas accesibles en el año.

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