La desigual recuperación de los diversos segmentos de inversión inmobiliaria ha afectado de manera importante al mercado mundial corporativo, en el caso mexicano la sobreoferta que ya existía se incrementó aún más por los grandes cambios de patrones laborales que dejó trás sí la pandemia.
Las empresas y los trabajadores repasaron sus necesidades y requerimientos bajo las nuevas pautas de movilidad y donde el trabajo híbrido ha abierto una nueva manera de operar en el mundo corporativo.
Muchas empresas pueden aplicar manejar a distancia en parte de algunos procesos no medulares como son temas administrativos, legales o de mantenimiento lo que las llevó inicialmente a disminuir o ajustar su necesidad del espacio.
Por el lado del ocupante corporativo la incertidumbre sigue allí y la racionalización de costos es la respuesta más inmediata al clima inestable que aún se cierne sobre las empresas.
Por el lado del propietario, el mercado de arrendamientos sigue mostrando signos de debilidad aunque en lo que hemos monitoreado los últimos dos trimestres del 2021 la demanda ha estado reactivandose aunque lentamente y las desocupaciones ya han estado más desaceleradas, si se comparan a lo registrado a principios del año.
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Ciudad de México, por ejemplo una vez que superó en Junio 2021 el 22% de vacancia se ha mantenido cercana a ese nivel y a noviembre 2021 registra 22.46% similar porcentaje al reflejado en los últimos tres meses.
La absorción neta aunque aún se encuentra en terreno negativo ha venido disminuyendo señal de que las desocupaciones van llegando a niveles menores a los del inicio de la pandemia.
También los espacios tienen menos áreas de uso exclusivo pero aunque menos personal podría estar presente simultáneamente en la oficina se ha destinado más espacio por metro cuadrado por persona para guardar las distancias sugeridas y a su vez las áreas de usos múltiples se han incrementado.
Estos movimientos han hecho que el ajuste a la baja en la demanda no necesariamente no haya sido tan pronunciado como lo que se había anticipado a inicios del 2020 y poco a poco la demanda va en una lenta recuperación.
Casos como Monterrey y Guadalajara han reflejado periodos de 2 meses aislados, en los últimos tres años, de demandas netas negativas pero en general han señalado menores disminuciones que en la capital.
Las construcciones han seguido avanzando en estas entidades aunque con pocos arranques de nuevos proyectos donde casos aislados han comenzado en corredores que exhiben menores niveles de vacancia comparados con el promedio de la entidad.
Algunos mercados emergentes donde los niveles de arrendamiento han disminuido han logrado registrar cierres de ventas en menor escala pero que han movilizado nuevamente la demanda en estos últimos meses.
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Mercados corporativos como Tijuana han logrado mantenerse dentro de una de las vacancias de oficinas más bajas a nivel nacional junto a León y Mérida, que registran 10.84%, 8% y 11.9%, respectivamente.
Estos mercados emergentes han mantenido cierto equilibrio aunque han visto ajustar sus precios de renta a la baja por encima del 10% a excepción de Tijuana donde el ajuste a la baja desde el inicio del año ha sido tan solo el 2.3%.
Por ello la situación que se prevé para el mercado corporativo del venidero 2022 seguirá transitando las fórmulas de cambios de uso donde veremos múltiples ofertas en proyectos de usos mixtos.
Las oficinas en coexistencia con usos comerciales y residenciales serán las que mantendrán una demanda que tiende a una recuperación progresiva aunque aún lejana al impulso que traía el sector previo a la pandemia.
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