La crisis económica ocasionada por la pandemia del covid-19 llevó a la actividad industrial mexicana a mostrar un fuerte rebote en el transcurso de este año, ubicándola en su mayor nivel registrado desde 1993.

El término de rebote se presenta posterior a una crisis económica y se denomina así por la merma que deja en los sectores productivos.

Este aumento es el mayor de los periodos post-crisis, aunque también en el 2020 se registró la caida industrial más pronunciada de 13.7% anual en los meses de enero a julio.

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Por ejemplo, en los primeros 7 meses del 2009 las actividades industriales integradas por manufactura, construcción, minería y generación de energía y distribución de agua y gas se redujeron en 9,2% anual, con ajuste estacionario. Un año después en el 2021 rebotaron con incremento del 5.3%. 

En 1995 cuando la crisis fue aún más aguda la producción industrial se contrajo entre enero y julio en 10.5% y un año después durante 1996 registró un ascenso de 9.6%.

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Durante los primeros siete meses del 2021 la producción industrial del país creció 10.5%, a tasa anual desestacionalizada, siendo el mejor resultado mostrado, en igual lapso de cotejo desde 1993, donde el Inegi comenzó a medir este indicador.

Este aumento es consecuencia del crecimiento de 3 de los 4 sectores que maneja el indicador. Manufactura crece en 14.4%, seguido del 10.6% en construcción y 2.4% en minería. La excepción fue generación, transmisión y distribución de energía, suministro de agua y gas por ductos al consumidor final, que disminuyó en 0.4%.

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